En la mitología neozelandesa Rona era la hija de Tangaroa, el dios del mar, siendo ella quien controlaba en un principio las Mareas.
Según cuenta una leyenda maorí, una noche Rona volvía a casa tras llenar su cántaro con agua del rio. Durante unos instantes la Luna, se ocultó tras las nubes, y debido a la oscuridad, Rona tropezó con las gruesas raíces de un árbol y cayó al suelo cuan larga era.
Dolorida y enfadada, Rona comenzó a maldecir a la Luna (Te Marana para los maoríes), con tal énfasis que ésta, perdiendo la calma, bajó a la Tierra para llevarse a Rona con ella.
Rona se resistió, agarrándose al árbol con cuyas raíces había tropezado, pero Te Marama arrancó el árbol de raíz y se lo llevó con Rona aún agarrada a él.
Desde entonces mucha gente ve un árbol, una mujer con su cántaro en la superficie de la Luna cuando esta está Llena. También se dice que cuando llueve es porque Rona ha tropezado de nuevo y el agua de su cántaro se está derramando sobre la Tierra. Rona sigue controlando las mareas, pero ahora lo hace desde la Luna.
Según cuenta una leyenda maorí, una noche Rona volvía a casa tras llenar su cántaro con agua del rio. Durante unos instantes la Luna, se ocultó tras las nubes, y debido a la oscuridad, Rona tropezó con las gruesas raíces de un árbol y cayó al suelo cuan larga era.
Dolorida y enfadada, Rona comenzó a maldecir a la Luna (Te Marana para los maoríes), con tal énfasis que ésta, perdiendo la calma, bajó a la Tierra para llevarse a Rona con ella.
Rona se resistió, agarrándose al árbol con cuyas raíces había tropezado, pero Te Marama arrancó el árbol de raíz y se lo llevó con Rona aún agarrada a él.
Desde entonces mucha gente ve un árbol, una mujer con su cántaro en la superficie de la Luna cuando esta está Llena. También se dice que cuando llueve es porque Rona ha tropezado de nuevo y el agua de su cántaro se está derramando sobre la Tierra. Rona sigue controlando las mareas, pero ahora lo hace desde la Luna.